Según recoge la agencia local de noticias PA, Cameron dijo a los periodistas que si sentían la necesidad de rascarse la cabeza la culpa era de su hija Nancy, de 7 años, y de su hijo Arthur, de 4.
"Si las encontráis (las liendres) cuando lleguéis a casa, lo siento. Decídmelo y os enviaré un peine y algo de ungüento", dijo.
Un portavoz del primer ministro descartó que el problema se esté extendiendo por la residencia oficial.
"Creo que está contenido", dijo.
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