Son malos tiempos para todos, también para los comercios, que han visto como la situación económica ha provocado un repunte en el robo de alimentos. El hurto de comida se ha disparado un 6,6% durante el último año, lo que ha supuesto unas pérdidas globales de 86.000 millones de euros, según el informe del Centro de Investigación Minorista del Reino Unido.
En este estudio, el queso aparece como el alimento al por menor más robado del planeta, encabezando la clasificación de "productos de alto riesgo" por delante de otros artículos tradicionalmente considerados como el chocolate o el alcohol.
Los datos del Centro de Investigación Minorista del Reino Unido aseguran que aproximadamente el 4% del queso expuesto en las vitrinas y estantes de los comercios desaparece en el bolsillo de alguien que no lo paga.
Sustraídos para la reventa
Sin embargo, a pesar de que la crisis ha conseguido que muchas familias casi no tengan dinero para alimentarse, la mayoría de estos pequeños hurtos no son fruto de la desesperación, sino que están destinados a la reventa.
De hecho, el incremento del precio de este producto lácteo en España, donde subió entre un 10% y un 30% durante el último año por el encarecimiento de la leche, ha provocado que sea visto como "una oportunidad de negocio lucrativo para los delincuentes de poca monta", según recoge la última edición del Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, presentado recientemente por Checkpoint Systems.
Además del queso, la lista de los artículos alimenticios que se evaporan con más frecuencia de los estantes de los supermercados se completa con la carne fresca o curada —sobre todo los loncheados de ibéricos—, el chocolate, el alcohol, los mariscos, los alimentos infantiles y las especias, lo que pone de manifiesto que los ladrones no tienen mal paladar.
En 'el top 10' del hurto
Las sustracciones pueden llegar a suponer la pérdida del 8% de la facturación de los establecimientos de alimentación. En este sentido, el comercio español registró unas pérdidas superiores a los 2.900 millones de euros durante el último año. Pero no sólo los clientes son culpables de estos hurtos. El 28% de los robos son cometidos por los propios empleados y un 7% por los proveedores.
Estos datos sitúan a España como el cuarto país del mundo donde más aumenta, sólo por detrás de la República Checa, Irlanda y Rusia, y el octavo en el que más se roba en términos absolutos.
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